Con un 95 % de cristianos, Filipinas es el país más devoto y católico de Asia. Esta devoción llega a un punto extremo, ya que durante la Semana Santa en Filipinas es común ver representaciones fieles y exactas de lo que ocurrió según el Nuevo Testamento. Las procesiones, flagelaciones y hasta crucifixiones son comunes en las Islas Filipinas durante estos días.
Hoy vamos a analizar las curiosidades de la Semana Santa en Filipinas. Quizás hayas escogido esta fecha para viajar a las islas del Pacífico y seguro que te apetece empaparte un poco de la cultura e historia del país.
Qué vas a descubrir en esta guía
Semana Santa en Filipinas: misas y procesiones
A lo largo de todo el país se celebran numerosas misas y procesiones durante la Semana Santa de Filipinas. Son muy parecidas a las procesiones de Semana Santa que se celebran en España: tronos con esculturas de las estaciones de la cruz, decorados con flores y a hombros de los costaleros. Detrás de estos tronos suele haber personas fieles que alumbran al santo con velas, mientras cantan o rezan, además de orquestas musicales amenizando la procesión.
Esta es la Semana Santa en Filipinas más tradicional y sencilla. No obstante, hay localidades en las que traspasan una fina línea y van bastante más allá en sus representaciones de la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Festival de los Moriones
Este festival, se celebra en la isla filipina de Marinduque, perteneciente a la región de Mimaropa. Siendo su capital la ciudad de Boac,
El festival de los moriones, es una interpretación de la gente local ( hombres y mujeres) que se disfrazan con trajes y mascaras representando a los soldados romanos, desfilando durante 7 dias ( comienza el Lunes Santo hasta el Domingo de Pascua) en busca de Longino, a estos se les llama Morones o Moriones.
El festival representa la historia de San Longino, los Moriones deambulan por las calles de la ciudad, con coloridos trajes romanos, máscaras y cascos pintados, y túnicas de colores brillantes, asustando a los niños, o llamando la atención del público.

Flagelaciones y crucifixiones en San Fernando
En San Fernando, una ciudad ubicada en la región de Pampanga, a las afueras de Manila, que fue colonizada por los españoles en 1565, es donde podemos encontrar a los católicos más devotos y extremos de Filipinas.
Durante el Jueves Santo, con el fin de conmemorar el calvario por el que pasó Jesucristo, algunos voluntarios se autoflagelan para limpiar sus pecados. Esto lo hacen hasta que se dejan la espalda en carne viva. Lo más curioso es que estos voluntarios suelen ser delincuentes que tienen fe en que tras la flagelación, Dios les perdonará todos sus pecados cometidos durante el año.
Con coronas de espinas en sus cabezas, caminan de rodillas hasta que terminan sangrando y otros muchos feligreses andan descalzos hasta alcanzar la catedral de San Fernando. Incluso, hay quien carga a cuestas cruces de madera, que pesan unos 25 kilos, a modo de penitencia.
Durante el Viernes Santo algunos de los penitentes llegan a crucificarse de verdad. Lo hacen en grandes cruces de madera, emulando así a Jesucristo. No se crucifican hasta morir, pero sí que pasan colgados de la cruz unos minutos, apuntalados con largos clavos en las manos y los pies. Ellos piensan que de esta forma sus pecados serán perdonados. Además, esta es la manera que tienen de dar las gracias por los supuestos milagros que han sucedido.
Durante estas representaciones suele haber personal de primeros auxilios cerca, que tienen como misión ayudar a quienes se desmayan por el agobiante calor y la deshidratación. También son quienes curan las tremendas heridas de algunos penitentes. No obstante, estas heridas tardan varias semanas en ser curadas del todo, pero según ellos este es el pequeño precio que deben pagar para saldar sus cuentas con Dios y que todos sus pecados queden lavados.
Las procesiones de Semana Santa de Filipinas, donde las flagelaciones y crucifixiones son la esencia, se han convertido en toda una atracción turística de Filipinas. Miles de fieles y turistas siguen cada año a los penitentes por las calles de San Fernando.
No obstante, tanto los líderes de la Iglesia Católica como los funcionarios de Salud Pública de Filipinas han alertado del peligro de estos espectáculos. Pero, los habitantes de San Fernando no parecen tener la intención de frenar esta tradición, que llevan realizando desde hace más de 50 años.

"Escritor casual de estilo amigable con varios años de experiencia escribiendo artículos en Blogs de viajes con conocimientos en desarrollo turístico y guías turísticas."